“Aquí no pasa nada increíble. Sólo lo de siempre”. Aunque lo de siempre sea feroz. Aunque lo increíble sea la propia vida, con su dolor y su impotencia. Con su ignorancia y su esperanza. Nada nuevo, retiario, tú eso lo deberías saber.

A veces nos dejamos llevar, pese a nuestra irritación y nuestra resistencia, de una histeria sentimental; caemos en el paroxismo, en la exaltación extrema. Y nos enamoramos de alguien o de algo; de un poema, de un gesto, de una voz, de unos ojos aislados... mismamente de una escultura... de un olor que relacionamos con algo remoto... quizá sólo buscamos una querencia, aquel hueco de infancia en el que los recuerdos no son lo suficientemente nítidos.

Ya sabemos, gladiador, que ni siquiera es fiable nuestra propia memoria...

martes, 16 de octubre de 2012

Amor constante


Adagio de Samuel Barber por Ryuichi Sakamoto
 




                                                                                                                                                                                                  
 


       
 AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

          Cerrar podrá mis ojos la postrera
          Sombra que me llevare el blanco día,
          Y podrá desatar esta alma mía
          Hora, a su afán ansioso lisonjera;

          Mas no de esotra parte en la ribera
          Dejará la memoria, en donde ardía:
          Nadar sabe mi llama el agua fría,
         Y perder el respeto a ley severa.

         Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
         Venas, que humor a tanto fuego han dado,
         Médulas, que han gloriosamente ardido,

        Su cuerpo dejará, no su cuidado;
        Serán ceniza, mas tendrá sentido;
        Polvo serán, mas polvo enamorado.



Francisco de Quevedo y Villegas





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